miércoles, 30 de julio de 2008

Viejo faro


Viejo faro que cuentas las interminables horas
esperando el regreso de las minúsculas barquichuelas
bañadas en mil noches serenas por las intermitentes mareas.

Viejo reloj erecto, puntiagudo obelisco de la costa
que ves como nacen y mueren las bravas olas
chocando contra tus blancas paredes como locas.

Viejo faro que aguanta tan bravo embiste
desde lejanos y pasados tiempos increibles.
Rabiosa la tormenta que te amenaza y reta
con hacerte caer de tu torre anclada
en las rocas que forman
tu posesión más preciada.

Viejo faro, cómplice perpétuo
de madrugadas bañadas en secretos.
Viejo faro que acoge sin reproches
cantos de sirenas precoces
que por ser humanas en las noches,
entregan sus brillantes voces
para arder en mil y un sabores.

Viejo faro, compañero de antaño,
hoy tienes tu sayo agrietado,
pero el espíritu intacto.
Sigue así por mil años
sigue siendo el viejo pedestal
por todos adorado.

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