lunes, 27 de abril de 2009

En la soledad

En la soledad del fuego en el que nos quemábamos,
me estremezco,
me desdibujo lentamente
y me convierto en un gas denso
que se cuela por tus adentros
corrompiéndote en silente procesión,
sin que tú puedas,
ni quieras,
hacer nada.

Sangre de mi sangre,
muerte convertida de nuevo en vida
en un solo instante.

Deseo acongojante,
rio que destruye lo construido
entre nuestras párvulas naves.

Amor a contrapelo entre dos suicidas,
la vida y el duelo de la muerte disfrazada,
otra noche,
en pasión, llamarada
y fuego que no arde.

viernes, 17 de abril de 2009

Sexo

El desconcierto de no saber amar
o morir primero,
de desear que todo fluya
sin ponerle freno al desenfreno.
Sucumbir a los deseos del sexo,
de los plexos de los cuerpos,
de tu piel contra mi piel.
Eso es sexo en esencia,
calor, fuego, desgarro
escampándose en la lluvia
que nos une y nos hace perecer.

Renacer

En este iniciante abril
que se desdibuja cansado
tras las horas ya recorridas,
emerjo del pozo agónico de los recuerdos.

Celebro la muerte del olvido
en los huesos ya cansados
del tiempo ya vivido.

Canto a la vida
ofreciéndole una nueva partida,
diferente, preñada,
empapada de un nuevo día
ofreciéndose tras los huecos libres
que dejó el mañana en la ventana
para que los degustara y paladeara,
sorbo a sorbo y,
constantemente,
sin temer a la nada.

martes, 14 de abril de 2009

Querer quererte

Querer quererte,
es un ejercicio de fuerza mayor,
de esculpir los sentimientos
con un cruel cincel
clavado en el corazón.

De traspasar las heridas que marcaron
la cara absurda de nuestros días.
De sanar lo que se hizo sin culpa,
ni causa alguna.

Querer quererte,
es sufrir desde la razón
sabiendo que no hay más dolor
que sentir que no me amas por temor.

Querer quererte,
es un suicidio colectivo
de mi enamorada alma
contra la tuya apagada.

Querer quererte,
simple pensamiento
pero no realizable en este momento,
ni en otro, ni en ninguno
porque no hay nada nuevo venidero
en ese corazón que quiere asemejarse al frio acero.

¿Soy?

Solo soy una nueva piedra en tu camino,
una luz que te acompaña en la distancia,
un adiós que se dice antes de la llegada,
una sonrisa amable dentro de tanta desgracia,
una hoja que vuela y nunca descansa.

Solo soy la que quieras que sea,
la suerte disfraza de vestal acomplejada,
tu cama llena de deseo y carnada,
tu alma donde en ocasiones descansas,
las mañanas frías que golpean tu cara,
la luna con sus mil caras,
la noche cruda cuando no existe calma.

Solo soy una molesta mancha que no se borra,
un amor perdido al que de nuevo abandonas,
la vida germinada en un deseado mañana,
la felicidad que no encuentras en párvulas telas blancas.

Solo soy una simple mortal,
que te extraña,
que te ama en todos los días y horas
en que tú no la amas
porque un día decidiste dejar de amar
a la vida y a todo lo que se le asemejara.

Realmente... ¿soy?

Ni mil lunas

Ni mil lunas argentadas
que anduvieran narrando
historias realmente bellas,
aplacarían la suerte eterna
de haber sido tu musa
en las noches que aullaba la loba
entre tanta calma siniestra.

Ni mil lunas iluminadas
por la iniciantes luces de esta mañana,
empañarán los recuerdos que creamos
sin querer o queriéndolo
en aquella cálida estancia.

Miedo

Oscuridades que tragan
las almas sin calma
tras densas corrientes que
traspasan las cansadas llamadas
de la vida rajada
por la cruenta espera
de un mañana que te espanta.

Oscuridades que son miedos eternos...