jueves, 10 de julio de 2008

Creí

En la eternidad de mi alma
quise pensar que me soñabas.
Soñando me encontraste
una vieja madrugada
teñida en colores púrpura
en mis entrañas.

Creí perecer en tus suaves palabras,
dulce elixir que me regalabas
una y otra vez, así como si nada.

Voz de abismo
disfrazada de cariño.

Soñé que me amabas,
mas tus palabras
se tornaron amargas
cuando quise que mi sueño
se transformara
en cándida balada.

Te amé, me amaste,
así fué sólo por un instante.

Espejos rotos,
almas culpables.
Noches a oscuras en las calles.

No hay comentarios: