domingo, 26 de octubre de 2008

Te siento


Como un alma en pena,
Hoy me siento acurrucada
En mis profundos desvelos.
La noche, vieja egoísta,
No me quiso acompañar
En su danza eléctrica,
Sonando en un compás atronador
En mi inútil cabeza.
Te pienso, te deseo
Me baño en tus besos,
Pero no limito más allá
de mi placer más secreto.
Volaría sin más,
A tu refugio,
Allá donde habitas
Cálidamente
Y donde cobijas
Mi frágil flor que se abre
Solo para ti, mi amor,
En caducos sueños.
Eres el ojo que vigila
La existencia de mis iniciantes sentimientos
Y mi aguas convertidas en lamentos
Por no poderte saciar.
La puerta se cierra
Y tras mi espalda apareces
Como sombra en la distancia,
Donde no hay salida ni entrada.
Dejando que mis miedos,
Esos que me acompañan,
Se acoplen en tu pecho
Que los recala
Aunque yo no quiero.

Olvídate ya,
El tiempo nunca fue un amigo fiel.

viernes, 24 de octubre de 2008

Quizás... el tiempo


El sol ya no calienta,
Se acaba el vivaz verano y así,
Lentamente,
Agoniza en su cálido llanto.

El impasible frío se despereza,
Donde la espera no se frena
Y despierta
A las llagas de la noche
Entre risas y fiestas desiertas.

Un ciclo tras otro,
La muerte y la vida
En un único sollozo.

El tiempo, brutal mensajero
Artista autista del desespero,
Nos espera medio oculto,
Entre velos de seda
O entre víctimas y almas decrépitas.

Quizás, solo quizás...

domingo, 19 de octubre de 2008

Dama


La dama prescinde de toda prenda,
De toda la diminuta estancia.

Admite que ya no más,
Se acabó la cansada espera
Entre sedas y tules,
Entre veredas y nubes.

Dama entregada,
Esencia pura entre tantas falsas romanzas,
Cristal manchado por lluvias
Dibujantes sendas
Que llevan al fin de la nada.

Sueños y deseos,
Cantos y males,
Se conjugan una vez más,
en la prístina esencia de sus días,
del camino no recorrido
y de la muerte sin espera.

La dama libre se muestra,
Ella vence,
Ella se presta,
A recorrer contigo,
Conmigo,
Lo que queda,
Lo que no se demuestra
En las nuevas jornadas
Y en las noches mojadas
Por miles de lluvias y estrellas escarchadas.

La dama prescinde de la falsa fachada
Y vuela sin más hacia una deseada e iniciante albada.

Morir



El alma pesa en esta vieja madrugada,
Muere entre llantos de dolor y dulces nanas
Sin quererlo remediar,
Sin poder siquiera poseerlo.

Muere el peso de los días,
Aquellos en que los cuerpos de raída piel,
Ingenuos incandescentes,

Creyeron en la posibilidad de ser eternos.

Desciende el paso del tiempo
A buscarme,
Como fiel carcelero
De un lecho estéril y sin dueño.

El cuerpo inerte se rinde al deseo,
A esa muerte preñada
De días,
De noches,
De secos aguaceros.

Hoy,
Sin más,
Muere la palabra esculpida,
La vida sin vida,
Todo y nada.

Hoy,
Un pájaro negro sobrevuela,
Con macabra angustia,
Un agujero denso y perpetuo
Donde descansa el tiempo sin retroceso.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Ojalá


Ojalá, mi amor
que en esta impúber mañana
pudiera volar hasta tu ventana,
abrir mis vastas alas,
ser el aire caprichoso que se cuela entre tus entrañas
y así llenarte de suaves caricias sin que te despertaras.

Pintaría de sonrisas nuevas
todo el deseo que cubre tu piel
y lo atraparía en un dorado lienzo
teñido por el púrpura del amanecer.

Poder sentir junto a ti,
el acompasado rumor de las olas.
Y volver a descubrir, sin rubor
nuestros profundos pasos
sobre una candente arena
mojada por el rocío
donde una vez más,
dejamos una inmortal estela.

Ojalá, mi amor.

lunes, 6 de octubre de 2008

Como un reloj hueco


Como un reloj hueco
Al que le falta el segundero,
Mi vida pasa sin complejo
Y dañada se muestra
Ante un argentado espejo.

Como una flecha errante
Que no encuentra la salida
Ante tanto desvarío,
Caigo de bruces
Ante el negro polvo del destino.

Subo, bajo, me escampo,
Desgarro el tiempo presentado.
Agonizo y muero entre tanto desamparo.

Vivo, renazco y grito
Que ya pasó el cruel tiempo del desatino,
De mi alma negra,
De la deshecha espera,
De mi lucha contra la muerte traicionera.

Como un reloj hueco
Al que le falta el segundero,
Mi vida pasa sin complejo
Y recuperada se muestra
Ante ti y tu tenue reflejo.

Inicio y fin

La noche espesa desgrana
Entre cantos y cuentos del alma,
Una nueva contienda,
Una nueva comparsa,
Una nueva danza
Que comienza a ser relatada.

La eterna madrugada confunde
Y destapa las malas sañas
Abocadas al conjuro de una nueva mañana.

El tiempo pasa,
Desperezándose entre sábanas blancas.
Los cuerpos inertes yacen sobre ellas como si nada.
Y todo se inicia, y todo se acaba
Como siempre, en esa danza alocada.

La rutina del tiempo agoniza
Entre caminos no cubiertos.
Sólo descubre que ella gana,
Que todo pasa y que la muerte,
Señora en seca prestancia,
Aguarda en la vacía estancia de esta madrugada.

viernes, 3 de octubre de 2008

Cáncer

Un rumor seco sube por las entrañas
Danzante serpiente que desgarra y daña.

Hoy no ejerce descanso,
Ni da tregua al alma,
Sólo penetra y mata.

Hoy decide que gana la cruel batalla,
Pero no,
La guerra iniciada no se vence como si nada.

La lucha sigue y sigue,
Solo las noches encarnizadas saben
De los estigmas y dolores del alma.

Hoy, nuevo día,
Nueva batalla,
Me planto ante ti
En pleno reto y te digo que:

Soy más fuerte,
No me ganas, perpetua dama de la guadaña.

Hoy no es tu día,
Hoy es mi lucha encarnizada,
Hoy es mi valiente victoria ante tu daga afilada.

Gano la partida,
Gano a la dama,
Gano a mi misma la batalla.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Rendición

Intuyendo tu perlado sudor,
Sobre mi cuerpo sediento,
Mi inexperta boca se aboca
A un abismo de desenfrenado fervor.

Danzando están
desde un exiguo principio,
tus mojados ojos,
reflejo cóncavo de mis curvas
todavía por ti no dibujadas.

Ante nosotros,
aparece un desbocado precipicio,
En el que pugnan sin control,
Pero con la más colmada rendición,
los excitados cuerpos,
suspirados en deseos
dentro de añiles mares
Convertidos éstos por la eternidad
En intensa y calada pasión.