sábado, 14 de junio de 2008

Dama blanca

La luz llena la habitación,
hace tanto sol...
Tú estás ahí, sentada,
contando las horas del reloj.

El tiempo pasa por tu piel,
pero a tí te da igual,
dama blanca, mi talismán:
¿A quién esperas en el umbral?

No esperes más,
el tiempo pasa,
tu alma ya no tiene calma
y esa luz que llena la habitación,
se apaga, se apaga...

Gracias Paula, por estos versos que aquí transcribo:

La Dama Blanca se levanta,
cansada de la espera, harta de la estancia.
Se cansó de estar anclada.

Suaves pasos la guían
hacia una nueva mañana.

Dejó atras las horas perdidas,
buscando las no vividas.

Dila de mi parte,
que si lo necesita,
aquí tiene mi mano.
Siempre amiga.

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