martes, 26 de agosto de 2008

Alquimista


Bello es el silencio compartido y deseado.
Bella es tu palabra sobre mi libro derramada
en corrupción total con mis sentidos,
con tu paseante presencia ausente,
recibida como arcángel presentante
en mi iniciante verbo desnudado
por tus labradas manos de verborreante alquimista.

Alienante alienado me que mezcla, me corrompe
en antiguas fórmulas de brujas renegadas
y quemadas en hogueras de mentira, censura y perdición.

Mezcla que me forma y me deforma,
pólvora mojada de la noche más bella,
donde tu silencio es deseado y compartido
entre las ramas que te acunan desde mi alma
para que puedas descansar en las profundas calas
de la unión de nuestras perfectas mezclas
en nuevas y deseadas mañanas.

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