domingo, 19 de octubre de 2008

Dama


La dama prescinde de toda prenda,
De toda la diminuta estancia.

Admite que ya no más,
Se acabó la cansada espera
Entre sedas y tules,
Entre veredas y nubes.

Dama entregada,
Esencia pura entre tantas falsas romanzas,
Cristal manchado por lluvias
Dibujantes sendas
Que llevan al fin de la nada.

Sueños y deseos,
Cantos y males,
Se conjugan una vez más,
en la prístina esencia de sus días,
del camino no recorrido
y de la muerte sin espera.

La dama libre se muestra,
Ella vence,
Ella se presta,
A recorrer contigo,
Conmigo,
Lo que queda,
Lo que no se demuestra
En las nuevas jornadas
Y en las noches mojadas
Por miles de lluvias y estrellas escarchadas.

La dama prescinde de la falsa fachada
Y vuela sin más hacia una deseada e iniciante albada.

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