domingo, 30 de noviembre de 2008

Debería

Debería dejar de reflejarme
En las manos huecas
De aquellos extraños que se muestran
Para balancear tristemente mi alma.

Debería tomar las desgastadas riendas
Que conducen a ese potro desbocado
Que corre y corre hacia una pared
Cubierta de hiedras resecas y a tientas.

Debería escupir fuertemente al viento,
Zalamero caprichoso
Que mueve las cuerdas pendientes
De mi cuadro no acabado y ya un tanto desgastado.

Debería gritar, llorar y patear
Los desgarros producidos en mi inquieto vientre
Por aquellos malos vinos que llegaron
Y resultaron ser tragos pasajeros.

Debería ser quien soy
Siendo yo,
únicamente en esencia alojada
en un ser que se despierta
de nuevo en cada nueva mañana,
preparada para ser sin temer
y desde luego,
para vivir sin perecer.

No hay comentarios: