Quisiste amar,
loco de ti,
A la musa tras la turbia ventana,
Pero ella,
Sorda y callada,
No escuchó tu insaciable lamento
Y apagó,
sin humedad escarchada
Tu llama,
postrera dama que te acompaña.
Semblante amante,
sibilante estampa,
Revelado por siempre
en apremiante llamada.
Quisiste amarla,
loco de ti,
Y ella,
Vanidosa y desalmada ama,
Danzó cerca de tu excitada aura
Para jugar a no confesar lo que tanto anhelabas.
Poseerla tras aquella iluminada estancia,
Allí donde se riegan las flores en eternas flamas
Y donde se rondan las quimeras jamás idealizadas
Buscando entre sudores
la esencia pareja sin acertarla.
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