Sabedores que en breve
Nuestro futuro mañana devendrá en agónico pasado,
Decidimos cruzar los montes más altos
Y nadar los mares más vastos
Para encontrarnos entre inmensidades
Y formar así un solo espacio no acordado.
Deseantes de las sales que forman
Nuestros seres agonizantes
Pecamos, sí, pecamos
Entre lechos marinos de descaros
Y mañanas bañadas en gotas sazonadas.
Hoy mi presente resulta un pasado sacro
Y tu mañana un espejo mostrado
En tus límpidas pupilas,
Recorriendo sin querer
Nuestro insignificante ayer
Sombra gris de lo que, en definitiva,
Nuestras túnicas, tejidas en una sola
Son, serán y perecerán en un cercano mañana.
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