Todos dicen, hablan y dirán.
Hablar por hablar es lo que les va.
Vidas grises y anodinas,
es lo que ellos han.
Faltos de seso,
se creen con el derecho a machacar.
Grises, anodinos y aburridos,
estoy cansada de vuestros discursos,
pero señores,
hasta aquí hemos llegado
¡con la iglesia hemos topado!
y yo no quiero faltar,
pero no puedo por más veces pasar,
que ustedes, mis señorías,
crean que soy ejemplar al que puedan atacar.
Debido a mi buena educación,
no pienso entrar en discusión,
pero una última cosa les digo:
Digan lo que digan,
hablen lo que hablen,
a mi ya no me afectan sus desplantes,
porque ésta, que ustedes ya saben,
no les guarda rencores...pero tampoco amores, señores.
Como se dice en mi tierra: Aneu a pastar fang!
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